Es algo raro, digamos que no sería tan grave como el famoso "síndrome de la hoja en blanco", pero se le parece bastante.
Para muchos, este síndrome o parálisis temporal, es un "bloqueo psicológico", el cual se manifiesta y aparece por varias razones. Muchas veces el miedo es el factor paralizante, miedo al comentario, miedo a la crítica, y miedo a pasar vergüenza.
Existe una gran variedad de factores para que ésto suceda, lo cuales tienden a hacer que el escritor sufra de un bloqueo, y hasta se pelee momentáneamente con sus musas. Factores tales como el ámbito en que se encuentre, el ruido del lugar o del exterior, y de la presión que sufra ante la inminente cuenta regresiva del cierre de la edición, para la publicación de un determinado artículo. No a todos les pasa lo mismo, ni todos experimentan dicho bloqueo ante la presión, hay gente que se aprovecha de esa presión, digamos que la usan de manera eficiente, activándose de manera instantánea, haciendo que fluyan los dedos en el teclado y que sus ideas caigan como diapositivas en el papel.
Muchas veces, ese freno de mano aplicado a la creatividad, se debe a que queremos decir muchas cosas y no encontramos la manera. O sucede también que tenemos varias ideas mezcladas en la cabeza, no sabemos por donde empezar, ni logramos darle forma a lo que queremos decir.
No pienso hacer demagogia en este post, ni dar consejos para zafar del bloqueo.
De hecho, es más fácil de lo que creemos, casi sin darme cuenta y sin saber puntualmente de qué iba a escribir, terminó saliendo éste post.
Disparadores existen miles y para todos los gustos, la cuestión es estar tranquilo, dejarse llevar e improvisar, amigarse con lo que salga y de última, si lo que escribiste, no te gusta, no te convence o no te parece, tenes la posibilidad de "elegir", lo podes borrar, quemar o romper y aquí no ha pasado nada.
"Siempre se puede elegir, y eso es lo bueno".
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