Blogetereo

domingo, 5 de junio de 2011

Como aterricé en Japón, tras el terremoto...

Navegando y leyendo algunas noticias, me topé con un relato increíble, que me parece, vale la pena compartir.
Se trata del relato de un piloto de Delta Airlines, que en su primer vuelo sobre el Pacífico tuvo que declarar una emergencia para aterrizar un 767 luego del terremoto de magnitud 9,0 que azotó a Japón.

El vuelo Delta 91, desde Portland al aeropuerto Narita en Tokio el día del terremoto, fue forzado a aterrizar en el nuevo aeropuerto Chitose, a unas 500 millas (800Km) de distancia.

Esto es lo que escribió el piloto:


“En estos momentos todavía estoy entero, escribiendo desde mi habitación en el hotel de la tripulación en Narita. Son las 8am. Este es mi viaje transpacífico inaugural como nuevo, recientemente checkeado, capitán internacional de 767 y ha sido interesante, por decir lo menos, hasta ahora. He cruzado el Atlántico tres veces hasta ahora, así es que los procedimientos de cruce oceánico eran familiares.
A todo esto, impresionante paisaje volando sobre las Islas Aleutianas. Todo iba bien hasta 100 millas antes de Tokio y en descenso para aproximar. La primera indicación de algún problema fue que el control de tránsito aéreo de Japón comenzó a poner a todos en circuitos de espera. En un comienzo pensamos que era la congestión habitual a la llegada. Luego recibimos un mensaje vía data link de la compañía informando acerca del terremoto, seguido por otro diciendo que Narita estaba temporalmente cerrado por inspección y que se esperaba es estuviera abierto en breve (la compañía siempre es tan positiva).
Desde nuestra perspectiva las cosas obviamente se veían un poco diferentes. El nivel de ansiedad del controlador japonés parecía relativamente alto y anunció espera “indefinida”. Nadie podría comprometerse con una ventana de tiempo  así por lo que ocupé al copiloto y al piloto de relevo buscando estaciones alternativas y nuestra situación de combustible, la cual, luego de un cruce oceánico es típicamente baja.
No transcurrió mucho tiempo, probablemente diez minutos, antes que los primeros pilotos comenzaran a solicitar desvíos hacia otros aeropuertos. Air Canada, American, United, etc. todos reportando situaciones de combustible mínimo. Yo todavía tenía combustible suficiente para 1.5 a 2.0 horas de espera. No hace falta decirlo, las desviaciones comenzaron a complicar la situación.
El control de tránsito aéreo de Japón anunció entonces que Narita estaba cerrado indefinidamente debido al daño. Los aviones comenzaron inmediatamente a solicitar aproximaciones a Haneada, cerca de Tokio, una media docena de aviones JAL y occidentales obtuvieron autorización en esa dirección pero entonces ATC anunció que Haneada acababa de cerrar. Oh, oh! Ahora, en lugar de sólo esperar, tuvimos todos que comenzar a buscar alternativas más distantes como Osaka o Nagoya.
Una cosa mala de un avión comercial grande es que no puedes dejarte caer en cualquier aeropuerto. Generalmente necesitamos mucha pista. Con más aviones acumulándose desde el Este y el Oeste, todos necesitados de un lugar para aterrizar y varios ahora en situación crítica de combustible el ATC se estaba viendo sobrepasado. En el revoltijo y sin esperar a que mi combustible llegara a crítico, obtuve mi autorización para dirigirme a Nagoya, situación de combustible aún ok. Hasta aquí bien. A pocos minutos de estar en esa dirección, ATC me ”ordenó” revertir el curso. Nagoya estaba saturado con tráfico e incapaz de recibir más aviones (léase aeropuerto lleno). Lo mismo para Osaka.
Con ese argumento, mi situación cambió instantáneamente de combustible ok a combustible mínimo considerando que podríamos tener que desviarnos a una distancia mucho más lejana. Multipliquen mi situación por una docena de otros aviones todos en el mismo barco, todos haciendo requerimientos, demandas y amenazas al ATC para autorizaciones a alguna parte. Un Air Canada y alguien más se convirtieron en situación de combustible de “emergencia”. Los aviones comenzaron a dirigirse a base aéreas. La más cercana a Tokio fue la base aérea Yokoda. Lancé mi sombrero a la pista por esa inicialmente. La respuesta – ¡Yokoda cerrado! No había más espacio.
A esas alturas había un circo de tres pistas en la cabina, mi copiloto en las radios, yo volando y tomando decisiones y el piloto de relevo enterrado entre cartas de navegación intentando ver a dónde ir que estuviera dentro del alcance mientras los mensajes de data link iban y venían entre nosotros y el despachador de la compañía en Atlanta. Elegí la base aérea Misawa en el extremo Norte de la isla Honshu. Podríamos llegar ahí con mínimo combustible remanente. El ATC estuvo feliz de deshacerse de nosotros así es que dejamos la atiborrada región de Tokio. Escuchamos al ATC intentar enviar aviones a Sendai, un pequeño aeropuerto regional en la costa que fue más tarde el que pienso que fue inundado por un tsunami.
Despacho en Atlanta nos envió entonces un mensaje consultando si podíamos continuar al aeropuerto de Chitose en la isla de Hokkaido, al Norte de Honshu. Otros aviones Delta se iban dirigiendo en esa dirección. Más frenesí en la cabina – verificar meteorología, verificar las cartas, verificar combustible, ok. Todavía podríamos lograrlo y estar entrando a una situación de combustible crítico… si no teníamos otra demora de combustible. Acercándonos a Misawa obtuvimos la autorización para continuar a Chitose. Proceso de pensamiento de decisión crítica. Veamos – intentando ayudar a la compañía- avión sobrevuela aeropuerto alternativo perfectamente bueno por otro más lejano… me pregunto cómo se vería eso en el reporte de seguridad, si es que algo no va bien.
Repentinamente ATC aparece y nos da un vector a un punto mucho más acá de Chitose y nos pide mantener para instrucciones de espera. Pesadilla realizada. Situación deteriorándose rápidamente. Después de esperar inicialmente cerca de Tokio, iniciar un desvío hacia Nagoya, revertir el curso de vuelta a Tokio para entonces re-revertir retorno a Misawa, toda aquella feliz reserva de combustible que tenía se estaba evaporando rápido. Mi siguiente conversación, parafraseada por supuesto…, fue algo así:
“Control Sapparo – Delta XX solicita autorización directa a Chitose, mínimo combustible, no es posible espera”
“Negativo Ghost-Rider, el circuito está completo” (Cita de Top Gun)
“Control Sapparo – entonces – Delta XX declarando emergencia, combustible bajo, procediendo directo a Chitose”
“Entendido Delta XX, está autorizado directo a Chitose, contacte Chitose aproximación etc….”
Ya basta, había decidido evitar estar verdaderamente críticamente bajo de combustible en un circuito de espera indefinido, especialmente después de haber pasado de largo Misawa, y jugado mi último as… declarar emergencia. El problema con eso es que ahora tengo un poco de papelería de la compañía para hacer, pero qué diablos.
Al fin, aterrizado en Chitose, seguro, con por lo menos 30 minutos de combustible remanente antes de llegar a una “verdadera” situación de emergencia de combustible. Esa siempre es una buena sensación, estar seguro. Nos dirigieron el rodaje hasta un lugar remoto de estacionamiento donde apagamos motores y vimos una media docena o más de otros aviones llegar. Al final, Delta tuvo dos 747, mi 767 y otro 767 y un 777 en total en la losa de Chitose. Vimos dos aviones de American Airlines, un United y dos Air Canada también. Sin mencionar varios aviones adicionales de All Nippon y de Japan Airlines.
Post data – 9 horas más tarde, Japan Airlines finalmente logró ubicar una escala hasta el avión por donde finalmente pudimos desembarcar y hacer aduanas. Eso, sin embargo es otra interesante historia.
A todo esto –mientras escribo esto- he sentido cuatro temblores adicionales que movieron levemente el hotel – todo en 45 minutos.
Saludos, J.D.”



Me sigue pareciendo genial el relato y la frialdad con la que algunas personas, toman decisiones en momentos críticos.

Visto en: Modo Charlie

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